Todo el mundo debería tener una jirafa llamada René

a las 11:56
Casi un año sin entrar por aquí. Es significativo que en el álbum de fotos que aparece al lado aún esté la portada de Charlie Hebdo. En este tiempo ha pasado de todo, cosas que irán saliendo (o no, mejor no, seguro que no, me juego la vida a que no) y otras que no saldrán nunca (aunque podría ser que sí, seguramente sí, vamos, yo me apostaría un triciclo con bocina tirado por hipopótamos a que sí).

Entre las cosas que han pasado, merece especial atención la figura de Walter. No yo, el Walter que ha entrado en la vida de Walter. Podría contar como sucedió todo, pero este nunca ha sido un blog queco, ni ñeño, ni xipi-xapa, ni... Contaré la primera cita y trataré de no provocar sobredosis de insulina con el resto:

En la primera cita Walter se cabreó conmigo. Porque al verlo aparté la mirada. Y le sentó fatal. 

- Venía súper ilusionado. Me encantaste y vas tú, pedazo de cab*** y prefieres mirar el suelo en lugar de a mí. 
- Cuando te vi preferí mirar el suelo en lugar de a ti para que no se notara cuánto me encantaste. 

Estuvimos haciendo el papanatas horas pensando que el uno pasaba del otro. Y él interpretaba cualquier frase o gesto mío como que me quería ir cuando antes.

Días después tuvo lugar una comida en la playa, una nota metida en un papel con chocolate blanco y una petición de noviazgo.... Y, en fin, así está la cosa. No me voy a extender, simplemente decir que cuando uno pensaba que no se podía estar más enamorado de otra persona tuvo lugar una conversación como ésta en la playa:

- Pues hay unas medusas que son como la silicona de las tetas y las puedes coger y no hacen nada.
- Ah pues, no lo sabía.
- Sí, aquí hay muchas veces, los niños las cogen y se las lanzan.
- ¿Me estás diciendo que juegan a tenis con ellas?
- Puedes imaginar a la medusa llegando a casa llena de tiritas: ¿De dónde vienes? No me hables, no me hables. Unos niños han jugado a tenis conmigo, me han lanzado en discóbolo, me han metido dentro del bañador de un señor mayor y con sobrepeso, me han golpeado con un bate de beisbol.... Te lo estás inventando para ser la comidilla del día, ¿no? 

A Walter le dio un ataque de risa por esta tontería y verlo ahí delante, riendo como un loco fue como una señal de querer pasar el resto de tu vida con esa jirafilla. Porque sí, porque todo el mundo merece tener una jirafa con enanismo llamada René, aunque la mía se llama Walter, y como el nombre no lo voy a poder criticar... todo es perfecto.

Sube la música lirolililoliiiiSuperfastJellyfishDon'twastetime. Aparecen unos cervatillos Disney empastelados y fundido en negro.
 

Mi Amigo Walter